miércoles, 23 de marzo de 2011

De lo Prescriptivo y lo sospechoso en la enseñanza

Fueron muchos las argumentaciones escuchadas y producidas en la comunidad académica de EAV esta semana en torno al uso y apropiación de tecnologías, pero la que más inquietud me ha generado tiene que ver con la sospecha que me genera una enseñanza que no hace más que entregar (transmitir) a los aprendices paquetes de conocimiento de parte de un grupo de expertos - profesores universitarios – que ha identificado del contexto y del ámbito laboral aquello que deberán enseñar a los estudiantes y estos deberán aprender con el fin de presentarse como competentes.
La prescripción, tal cual la manda cualquier médico general, en la educación es una formula, pero de conocimientos que el interesado deberá consumir (posología) en los tiempos y las dosis exactas que esos expertos en el saber o en la temática han determinado, pese a que, en muchos casos, poco hayan reflexionado o no tengan muy claro cómo se realizan el proceso de aprendizaje de esos paquetes de contenido.
La enseñanza prescriptiva, tal y como todos la hemos padecido o vivido se encarga de presentar los contenidos a los estudiantes para que ellos luego en su campo laboral los apliquen o utilicen. Esta práctica de enseñanza de manera prescriptiva poco se pregunta por quien aprende, ya que lo considera un actor al que ya lo tiene, supuestamente, suficientemente identificado y caracterizado, algo así como que el docente ya sabe cualquier tipo de inquietud con la que el estudiante vendrá a la clase, por tal razón no le indaga por sus intereses, sino que le prescribe, le asigna la tarea. El profesor que prescribe cree tener plenamente claras las necesidades del aprendiz, lo cual sigue siendo absolutamente sospechoso, pues no las ha escuchado de él, sino de un supuesto contexto laboral, el que paradójicamente muchos docentes universitarios no conocen en profundidad, pues en algunos casos lo más que han incursionado en ese campo se limita a alguna estancia durante su semestre de práctica.
La sospecha se hace más fuerte: los profesores prescriptivos no escuchan al estudiante, porque ya creen conocerlo en profundidad, en cambio dicen obedecer a las demandas del ámbito laboral, el mismo que a su vez espera un profesional que pueda llegar a innovar y a dar solución a sus problemas; de otro lado, las prácticas reales cada vez nos demuestran más que los estudiantes cuando llegan al ámbito laboral deben volver a estudiar aquello que nunca comprendieron en la universidad y que ahora sí ven como necesario, pues sólo allá en medio de los problemas profesionales le encuentran sentido a lo que en la universidad se les prescribía; quizá por esta razón toman cada vez más fuerza las diplomaturas y al mismo tiempo pierden tanto valor las especializaciones, pues son cada vez menos especializadas y más remediales de los insuficiencias del pregrado.
Cuando hablamos del aprendizaje o la apropiación (conceptos profundamente trabajados en la teoría Vygotskiana) de las mediaciones tecnológicas creo que la enseñanza como prescripción se queda corta o insuficiente, pues si bien entrega el paquete de conocimiento a la vieja usanza, se olvida de presentar las razones que hacen que ese conocimiento haya surgido o al menos no se preocupa por enseñar o presentar los contextos de uso real del software, de manera tal que cuando el aprendiz reciba la instrucción sea claro el sentido de lo que se dispone a realizar. Como quien dice, y concatenando con la idea del párrafo anterior, si al estudiante se le indagara por sus interés y saberes previos y estos los conectáramos con lo que realmente ocurre o se presenta en el ámbito profesional real como razón que justifica el aprendizaje de los contenidos, los estudiantes hallarían mayores claridades por vía del sentido, del significado de aquello que se les enseña.
La enseñanza prescriptiva de la informática pierde valor cognitivo si el maestro no ha prestado especial atención a las necesidades que reporte el aprendiz acerca de por qué necesita un determinado software y mucho más validez pierde cuando ya en el acto mismo de la enseñanza del software no se hace una permanente articulación entre las funciones en el campo práctico y las aplicaciones de los programas computacionales.
Prescribir en educación tal vez no sea tan efectivo como en la medicina, cuando para que la droga haga efecto, no hay necesidad de saber para qué fue hecha y especialmente cómo funciona en nuestro organismo, es tan simple como tragar el medicamento y esperar a que el efecto surta el resultado esperado o prescrito.

andrespc@andrespc.com

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